
Helenita Vargas, mas conocida como la ronca de oro, nació en Cali el 3 de marzo de 1934-Ibídem, 7 de febrero del 2011, fue una cantante de música popular mas importante del país.
Ella siempre canto historias de amor y desengaño con tal pasión, casi al borde del llanto, es inevitable pensar que su vida se parecía a sus canciones, helenita solía decir que eso no era mas que un mito "soy la persona menos conflictiva del mundo; soy elemental en mis cosas: sincera, francota y muy modesta. Pero la gente se imagina que soy la trágica, la que tiene mil hombres, la devoradora", confeso alguna vez en una entrevista, nunca quiso escribir una biografía ni autorizo a nadie a que lo hiciera. Solo en sus últimos días acepto que su hija, Pilar Ibarra, contara su vida en un libro de fotos.
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"Esa unión fue un golpe muy duro para mis abuelos- recuerda la nieta-. Hubo un silencio de varios años despues de que mi mama cometio semejante bestialidad". Porque, aunque Pilar no tuvo una relación cercana con su padre biológico, sabe que Helenita la paso muy mal en esa época.
Cinco años mas tarde Henita, en estado de embarazo, decidió regresar a la casa de sus papas. Ya había tenido dos abortos y quería estar lejos de Ibarra. Así nació Pilar. Gracias a ella la ronca conoció a su verdadero amor, el medico Gonzalo Zafra, pues en una de sus jugarretas la niña de 3 años se reventó la boca y Helenita la llevo de urgencias al hospital donde él estaba de turno. "Ellos se adoraban". En 1960 el divorcio no existía e Colombia, así que Henita y Gonzalo- quien también estaba separado- salieron del país para casarse por lo civil. Al comienzo se instalaron en Bogota, lejos de los rumores y señalamientos de la sociedad caleña, pero luego volvieron a su ciudad natal.
Entonces llego el éxito: los discos, los contratos y los conciertos multitudinarios. Antes de cada presentación Helenita siempre le pedía a su hija que mirara si había suficiente publico. Decia que solo dejaría de cantar el día que el salón estuviera vació, algo que por supuesto jamas ocurrió. Desde que grabo su primer álbum en 1968, la música se convirtió en su vida y en la de su familia, pues afortunadamente Gonzalo, quien llamaba de cariño Chalito o Zalo, también era un melomano apasionado. " Ellos se entendían en todo, lo único que los separaba era que a mi papa le gustaba la salsa y el jazz, y a mi mama, los tangos y las rancheras".

Tras 25 años de matrimonio feliz, el medico murió en 1984 por complicaciones de su diabetes. Helenita continuo adelante con su carrera y canto con la misma energía y amargura hasta el final. " Su carácter no se doblegaba ante nada y la gente la quería tanto porque era carismática y, sobre todo, sencilla", señala su gran amigo Raul Fernandez de Soto, quien la conoció en los noventa.
"Mi mamá siempre asumió la vida de forma muy optimista. Era leal, genuina, no usaba tacticas y tampoco se portaba como una diva", añade Pilar. Por eso aunque le programa no se ciña por completo a la realidad, ha tenido tan buena acogida. "Lo importante es que refleja su esencia", concluye. Después de todo, su vida a veces se parecía a sus canciones.